Se me ponen los pelos de punta cada vez que recibimos nuevas noticias del ciclón que ha desolado Birmania. Las cifras de víctimas no paran de aumentar, los desaparecidos son decenas de miles y los supervivientes no lo van a tener fácil con todas las enfermedades que se pueden dar en breve.
Sin embargo, tengo la sensación que tanto los medios de comunicación como la gente en general no tiene la percepción de la auténtica tragedia que se está dando en el otro lado del planeta y que la sensibilización y movilización que se debiera para un caso como éste debiéra ser muchos mayor.
Hasta ahora, 15.000 fallecidos, 30.000 desaparecidos y miles de vidas arruinadas. Catástrofe natural, sí, pero que podría haber sido mucho menor con las debidas medidas gubernamentales de alerta.
Chacón, made firmes y envíe a las Fuerzas Armadas para allá.
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