miércoles, 27 de julio de 2011

No le digan loco. Díganle fascista

Os dejo con este artículo que me han publicado en Teleprensa.es:

Qué horror los atentados de Noruega. Qué tristeza ver los rostros de nuestros compañeros de Juventudes Laboristas identificados como fallecidos. Qué impotencia ver que a estas alturas se estén propagando peligrosos discursos que trajeron mucho malo hace no tanto.

He sentido muy de cerca esta catástrofe. Son de nuestra organización. Y fue en Utoya, pero podría haber sido en la IUSY que acaba de dar comienzo en Austria, o en Calasparra hace diez días cuando las JSRM estuvimos debatiendo nuestro programa de propuestas progresistas. Da igual, pudo suceder en cualquier reunión de jóvenes con inquietudes de cualquier movimiento u organización.

Me viene a la cabeza parafrasear renglones de una canción del gran Sabina. Palabras como cuerpos. A estos jóvenes noruegos les robaron todo: las palabras, el sexo, los nombres entrañables del amor y los cuerpos; la gloria de estar vivo, la crítica, la historia, pero no consiguieron robarnos la memoria.

La memoria. Ese fenómeno de la mente que nos permite retener experiencias pasadas para ofrecernos una lección en el futuro, y que, desgraciadamente, se le está distorsionando a más de uno. Les tendremos en nuestra memoria. A estos jóvenes y, cómo no, a todas las personas que un día fueron asesinadas por su forma de pensar.

Y es que nuestra memoria colectiva es el mejor patrimonio que podemos dejar en herencia como sociedad para conseguir entre todos un clima de respeto y convivencia por muy diferentes que sean nuestras creencias, ideologías o tendencias.

Y por ello, les pido que al autor (o autores) de esta masacre no le digan loco. Díganle fascista. Porque fascista es quien puede llegar a exterminar por no aceptar al que piensa diferente, actuando igual que ese machista que llega a matar por considerare superior a la mujer o ese integrista que llega a asesinar por intolerar otras religiones.

Hablemos de esto sin pelos en la lengua, y procedamos, como bien continúa la canción del ubetense, a “llamarle pan al pan, vino, llamarle vino. Al sobaco, sobaco, miserable al destino. Y al que mata llamarle de una vez asesino”.

http://youtu.be/kbVSQMqDGoI