Los aficionados al deporte estamos de enhorabuena. El ciclismo, uno de los deportes más sacrificados, duros y espectaculares está intentando salir de este cáncer del dopaje que se estaba a punto de liquidar a esta noble actividad.
Era necesaria la aparición de una nueva figura, de un referente y de uno de esos ciclistas que marcan época para que la afición se enganchara y el ciclismo ganara en credibilidad. Alberto Contador se acaba de proclamar ganador del Giro de Italia, en unas condiciones tremendas y casi sin preparación, por una invitación a última hora que le llevó de las playas de Cádiz a las carreteras italianas.
Ha sido toda una lección al Tour, que le ha denegado la participación de forma injusta y por culpa de los defraudadores que militaron en Astaná en temporadas anteriores. Estos franceses debieran replantearse muchas cosas, estamos a casi cinco semanas todavía, y debieran de dar la oportunidad de defender el malliot amarillo en la prueba más importante del circuito internacional.
Enhorabuena Contador, esperemos que no nos falles, de ti depende que los españoles volvamos a engancharnos a este bellísimo deporte.
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