Ayer un buen profesor nos explicó qué era el guano. Se trata de un compuesto natural producido por la acumulación masiva de excrementos de aves marinas, esencialmente proveniente de las gaviotas y que puede alcanzar grandes dimensiones, sobre todo en diferentes islas del Océano Pacífico.
Y claro, al hablar de gaviotas y de sus respectivos excrementos uno no puede evitar hacer la jocosa relación entre ese ave y el icono del partido político que gobierna en buena parte de las Comunidades Autónomas de este país y que se presenta como solucionador de nuestros problemas pese a que, curiosamente, no sólo no ha sabido dar con la solución en dichos gobiernos regionales sino que en algunos casos ha agravado la situación.
No es mi intención faltar el respeto al electorado de ese partido, en cuyas masas se encuentran no pocos amigos míos, los cuales suelen demostrarme una mayor altura política que sus dirigentes nacionales más distinguidos. Una altura que considero que ganan al desgranar con sosiego y sinceridad sus recetas para tratar de salir de esta complicadísima tesitura por la que atravesamos. Justo todo lo contrario que sus altos mandatarios, quienes insultan a la ciudadanía cada vez que se salen por la tangente en cada pregunta que requiere argumentos y respuestas sustanciosas.
Por ello mismo, podría llegar a afirmar que las esquinas de Génova están llena de guano político, un guano que debemos evitar ante la acumulación de demagogia, antipatriotismo, ocultación de su verdadera agenda política y de intenciones más que preocupantes de desmontar algo que hemos construido en los últimos treinta años en España y que debiera de hacer sentirnos orgullosos de este país, nuestro Estado de Bienestar.
En tiempos difíciles es lógico y necesario analizar qué hemos hecho mal durante los años de democracia. Pero también hay que localizar y destacar allá donde hayamos acertado. Un ejemplo: erramos en centrar la economía únicamente en el sector de la construcción y acertamos en desarrollar un sistema de protección donde se garantice la sanidad, la educación y la ayuda en situaciones límite a toda la ciudadanía.
Existe mucha autoflagelación colectiva y desde luego que la realidad está siendo muy difícil para muchísimas personas, pero yo me siento orgulloso de muchas cosas de nuestro país. Está claro que hay mucho donde mejorar, donde reestructurar, donde innovar, donde ser más eficaces y donde organizarnos mejor. Pero si hemos sido capaces de llegar hasta aquí en tiempo record y con una garantía social envidiable en todo el mundo, vamos a ser capaces de reinventarnos y de darle la vuelta a la situación.
Y para ello creo firmemente en la hoja de ruta que marca la socialdemocracia. Todos los indicativos muestran que Europa va a girar a la izquierda, y en España no podemos ir a pie cambiado de nuevo. Es cierto que los progresistas “hemos aceptado barco como animal acuático” en las muchas imposiciones con las que ha tenido que tragar el Gobierno por una UE de derechas, pero lo tengo muy claro. Para mí Rubalcaba es el político actual más hábil y eficaz, y su programa diseña la España que logrará remontar esta crisis.
